El ojo seco (OS) es una enfermedad crónica de la superficie ocular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los síntomas más característicos son: molestia ocular, visión borrosa e inestable y fotofobia. Precisamente, el carácter crónico de esta enfermedad disminuye la calidad de vida de los pacientes y supone un gran impacto económico directo (relacionado con visitas médicas, medicamentos y terapias complementarias) e indirecto (disminución de tiempo de trabajo, productividad y calidad de vida).

Las características principales que definen el OS son la presencia de síntomas, lesión de la superficie ocular, inestabilidad lagrimal e hiperosmolaridad lagrimal. Así por ejemplo, en la imagen de la cabecera se observa queratitis punteada superficial y algunos filamentos mucosos adheridos a la superficie corneal en el centro de la córnea. La formación de filamentos ocurre en casos de insuficiencia acuosa severa (Imágenes propiedad de Veinte20.com; ©Javier González-Cavada, 2016).

¿Qué dicen los estudios epidemiológicos sobre la prevalencia del OS?

El OS es una patología ocular con una prevalencia muy variable dependiendo de los criterios diagnósticos utilizados y de la población seleccionada, pudiéndose encontrar afectada desde el 0,39% hasta el 30% de las personas con más de 50 años. Algunos estudios recientes en poblaciones controladas estiman una prevalencia de 7,8% y 4,3% en mujeres y hombres mayores de 50 años, respectivamente. En la práctica clínica, la proporción de sujetos con signos de ojo seco evaporativo supera ampliamente a la de sujetos con ojo seco puramente acuodeficiente. No obstante, es interesante señalar que son muy escasos los estudios realizados con pacientes de menos de 40 años de edad.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo de padecer ojo seco?

Casi todos los estudios coinciden en señalar que el sexo femenino y la edad incrementan el riesgo de OS. Sin embargo, se han identificado otros factores de riesgo en la bibliografía científica que pueden contribuir en el desarrollo del OS, como el uso de lentes de contacto, la disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM), alergias oculares y determinadas medicaciones, entre otras.

¿Cómo se diagnostica el ojo seco?

El OS es una enfermedad multifactorial con una definición y un diagnóstico impreciso. La eficacia de las pruebas diagnósticas no es alta en cuanto a sensibilidad y especifidad. Además, existe poca correlación entre los síntomas oculares y los resultados de las pruebas clínicas. Por este motivo, no existe una prueba objetiva de referencia (“gold standard”) para el diagnóstico de OS. La aproximación al diagnóstico se basa frecuentemente en el uso de cuestionarios de síntomas validados. Sin embargo, los cuestionarios por sí solos no son un buen método para establecer el origen de los problemas oculares, debido a que los mismos síntomas pueden ser causados por una variedad de trastornos de la superficie ocular. Tanto en la práctica clínica como en los estudios de investigación, es muy común la combinación de criterios tanto objetivos como subjetivos para el diagnóstico y tratamiento del OS. Las pruebas diagnósticas actuales se dividen en 5 grupos:

  • Cuestionarios de síntomas
  • Estabilidad lagrimal
  • Dinámica lagrimal
  • Composición lagrimal
  • Superficie ocular

Fotografías de tinción corneal con fluoresceína. En la foto izquierda se observa tinción en córnea inferior grado 3.5 sobre 5 (Escala Oxford) utilizando filtro amarillo. En la foto derecha se observa tinción en córnea inferior grado 3 sobre 5 (Escala Oxford) utilizando filtro amarillo (Imágenes propiedad de Veinte20.com; ©Javier González-Cavada, 2016). 

 

¿Cuál es la definición actual del ojo seco?
El Informe del Subcomité de Definición y Clasificación del Taller Internacional sobre Ojo Seco (TFOS Dry Eye WorkShop II, 2011) definió esta condición ocular como “una enfermedad multifactorial de la superficie ocular que se caracteriza por una pérdida de la homeostasis de la película lagrimal que va acomompañada de síntomas oculares, en los que la inestabilidad y la hiperosmolaridad de la película lagrimal, la inflamación y el daño deño de la superficie ocular y las anomalías neurosensoriales desempeñan papeles etiológicos».
¿Cómo se trata actualmente el ojo seco?
Los objetivos principales del tratamiento son:
  • Disminuir los síntomas
  • Disminuir la osmolaridad
  • Mejorar la estabilidad de la película lagrimal
  • Curar el daño en la superficie ocular
  • Hidratar la superficie ocular
El tratamiento puede incluir lubricante ocular, spray palpebral de liposomas, terapia de párpados (limpieza, calor y masaje), variar las condiciones ambientales, agentes antiinflamatorios (ciclosporina tópica, corticoides, ácidos grasos omega-3), suero autólogo y oclusión de los puntos lagrimales entre otros.

 

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Bibliografía

González-Cavada J, Martin R, Piñero DP. Clinical characterization of asymptomatic or minimally symptomatic Young patients showing signs compatible with dry eye: a pilot study. Eye Contact Lens. 2015 May;41(3):171-6.

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